domingo, 24 de febrero de 2013

Trucos y técnicas para cuentacuentos

 Qué sería de los cuentos si no hubiera quién los cuente, ¿no?

El cuentacuentos es como el músico que interpreta una partitura. La partitura puede ser una composición genial, pero si no hay un intérprete capaz de ejecutarla como es debido, toda la genialidad puesta en la composición se desperdicia.

Con los cuentos ocurre lo mismo. El escritor es quien planta la semilla del cuento, y el cuentacuentos es quien le da vida. Al igual que el músico que interpreta la partitura, el cuentacuentos debe dominar técnicas y conocer trucos para que el cuento llegue a su audiencia en su forma más pura, sin perder la esencia, el mensaje, la moraleja o lo que sea que el autor del cuento haya querido plasmar en él.

El escritor Francisco González Biedma hace un valioso resumen de las cosas que debe saber todo narrador para ser un buen contador de cuentos infantiles. A continuación transcribimos algunos párrafos (la nota completa, titulada “Qué cuentos contar y cómo contarlos”, aquí):

Cómo contar cuentos infantiles

Es importante preparar el ambiente en el que se va a narrar el cuento: iluminación, ubicación de los niños, incorporación de algún elemento (muñeco-mascota, pelota de colores, globos), quizás alguna actividad de relajación previa.

Es importante eliminar cualquier detalle que tienda a distraer la atención del cuento a narrar.

Deben seleccionarse los sucesos a narrar y distinguir entre los que son fundamentales y los que son accesorios para el cuento (en este sentido es importante tener en cuenta la estructura que presentan todos los cuentos).

¿Cómo captar la atención de los niños y mantenerla mientras dura la narración?

Para ello es de gran ayuda el contacto ocular, la incorporación de diferentes recursos: títeres, figuras, láminas, etc.

Para imprimir dinamismo a la narración conviene emplear oraciones cortas y sencillas, con los verbos preferiblemente en pretérito perfecto simple (bailó, compraron, jugué, etc.).
Preparar las actividades y el ambiente previo al cuento (durante el desarrollo y al finalizarlo).

Utilizar sinónimos más simples para palabras que sean demasiado complejas para la edad del niño.
Evitar las interrupciones, pues romperá la tensión (en el cuento no se admite el anticlímax) y desaparecerá la magia.

Si se desconoce al grupo al que se le va a contar el cuento y se desea determinar el lenguaje compresivo del mismo, se puede comenzar lentamente con comentarios libres y preguntas abiertas.


Cualidades del narrador
  • El narrador cuenta con estos instrumentos: su voz, su rostro y sus movimientos.
  • El narrador debe conocer sus propios límites y debe conocer el cuento que va a narrar y creérselo.
  • La cualidad fundamental del narrador ha de ser la sencillez. Para tener éxito es preciso abandonarse al relato, de este modo escogeremos de forma natural las palabras e imágenes más sencillas, las expresiones más cortas y los conceptos más claros.
  • El narrador debe entregarse completamente al juego de contar cuentos, así veremos cómo el rostro de los niños se iluminará o se ensombrecerá siguiendo la propia expresión. Es preciso ver lo que se cuenta con la imaginación.

Otras sugerencias
  • Hablar con tranquilidad, no turbarse jamás.
  • Hacer presentir la broma a través de las palabras y la expresión.
  • Explicar los relatos con entusiasmo.
  • Escoger bien el relato.
  • Fingir en caso de fatiga física o de haber repetido el cuento hasta la saciedad.
  • Evitar hablar demasiado alto.
  • Emplear nitidez en la articulación, es decir, tratar que nuestra voz sea fácil de oír y agradable de escuchar.
En resumen
El método más apropiado para procurar el éxito en el arte de contar cuentos comprende:
  • La simpatía.
  • La comprensión.
  • La espontaneidad.
  • Es necesario apreciar el relato y conocerlo.
  • Hay que servirse de la imaginación como una constante fuerza vivificadora.
  • Es preciso dejarse llevar por la fuerza del relato para contarlo con sencillez, vivacidad y alegría.

Publicado por Cuenterete

sábado, 23 de febrero de 2013

Consejos prácticos para preparar la sesión de Cuentacuentos



Para realizar cualquier actividad que salga de la rutina habitual es importante explicarla muy bien previamente y generar cierta expectación y sorpresa, para evitar que se convierta para los alumnos en un simple “hoy no hacemos clase normal”. 

¿Cómo generar expectación? 
Introduciendo algunos elementos que escapen de la rutina, por ejemplo, cambiar la disposición habitual del espacio, utilizar vestuario que os convierta en un personaje diferente... (con un simple sombrero o una peluca puede bastar).

En cuanto a la disposición espacial (en el vídeo, por necesidades de grabación estoy situada demasiado cerca de los alumnos y a demasiada altura) les recomiendo aumentar la distancia para que sea más fácil captar la atención de todo el grupo. Si el grupo es muy tranquilo y tiene capacidad de concentración lo ideal es eliminar la distancia, pero en ese caso olvidad la silla; es mejor que os integréis en el grupo.

¿Qué preparación previa necesita esta actividad?
En primer lugar, es necesario hacer un análisis del texto. Tesis del relato y contenidos: en el acto de explicar una historia nos estamos convirtiendo en intérpretes de la misma. Consciente o inconscientemente, al transmitir la historia estamos dando nuestra visión. 

Es importante, pues, que trabajemos previamente el texto para intentar ser lo más fiel posible al autor, para que nuestra interpretación no traicione la intención del texto. Esto nos ayudará mucho en la reflexión posterior con los alumnos. Debemos asegurarnos que la historia que han escuchado es la que está escrita.

Estructura: analizar previamente la estructura del relato nos facilita estructurar también nuestra exposición. Debemos tener claro cuándo vamos a utilizar las pausas y cuándo no. No podemos caer en el riesgo de que sean los alumnos los que “corten el relato” con comentarios o preguntas, pero tampoco podemos negar la participación del alumno 

¿Qué hacer entonces? 
Debemos procurar que el grupo capte de forma clara, a partir del ritmo de nuestro relato, cuándo puede participar, cuándo puede interrumpir y cuándo no. Para ello, debemos narrar con seguridad y ritmo vivo las partes del texto que incluyen los contenidos principales, dejar pausas entre estos “bloques” para facilitar la comprensión y la reflexión y utilizar los elementos de enlace del texto (la introducción a los diálogos, por ejemplo) para dejar que el grupo pueda participar, relajarse, prepararse, en definitiva, para el siguiente contenido.

Consejos prácticos para preparar la sesión de Cuentacuentos


Yo no soy cuentacuentos. ¿Qué debo hacer?

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con un material valiosísimo que finalmente hemos descartado por ser demasiado largo o demasiado “denso” para alumnos de primaria? 
Incluso cuando preparamos este trabajo, nos planteamos la necesidad de acortar el relato para  hacerlo más digerible.

Finalmente decidimos respetar el texto por su riqueza de contenido y de estilo, pero... es muy largo. ¿Qué hacer para que los niños no acaben bostezando o hablando entre ellos? 
Ayudarnos de la estructura del texto nos va a ser muy útil aunque... no suficiente. Aquí van algunos trucos de cuentacuentos que os pueden ayudar: 

El primer truco, el más importante y que no falla nunca es la pasión. Si nosotros no nos emocionamos, no “entramos” de lleno en la historia, no podemos pretender que nuestros alumnos lo hagan. 

Explicar una historia es como hacer un regalo. Primero, hemos de querer hacerlo, después prepararemos bien nuestro regalo para que agrade lo más posible, lo envolveremos bien bonito e incluso prepararemos un pequeño ritual para entregarlo... 

Lo que haga falta para convertir nuestro regalo en un acontecimiento. ¿Cómo envolvemos nuestra historia, cómo hacemos que sea para nuestros alumnos tan especial como para nosotros? Aquí  van los siguientes trucos, no más importantes que el primero pero un poco más concretos.

Utilizaremos el tono más agudo de nuestra voz que sea natural. Si se fijan en las películas infantiles de animación, los personajes “positivos”, tanto masculinos como femeninos, utilizan tonos más agudos que los “negativos”. No es casualidad. 

Los tonos agudos se identifican con valores como la honestidad, la bondad y la protección y generan una mayor receptividad, siempre y cuando se utilicen con dulzura y no sea un agudo extremo.

Cambiaremos el volumen de nuestra voz para evitar la monotonía. Los cambios de voz pueden acompañar los cambios de personaje o los bloques de contenido, aunque también podemos jugar con el volumen de la voz de manera más aleatoria, dependiendo de nuestra experiencia. Les aconsejo que utilicen el susurro porque ayuda a captar la atención y crea complicidad; a todos nos gusta que nos confíen “secretos”...

Utilizaremos acciones rutinarias que acompañen al texto. Las acciones nos permiten “anclar” el texto. Los niños captan en seguida el ritmo de estas acciones y están pendientes de que se sucedan correctamente.


Consejos prácticos para preparar la sesión de cuentacuentos exigentes y eso es algo que podemos aprovechar. En nuestra sesión yo me “olvidaba” de ponerme el lápiz entre los labios a partir de la mitad del relato y algunos niños rápidamente me lo recordaban. Así aseguraba su atención y de paso me servía para comprobar que realmente seguían el relato. Nos ayudaremos también de la gesticulación e incluso podemos utilizar elementos externos, tales como títeres o imágenes que ayuden a fijar el texto. Hacer partícipes a los niños. 

Una vez estemos seguros de haber captado la atención y el interés de los alumnos, ya  podemos hacerles participar. Eso hará que sientan el relato más suyo y les facilitará la participación en la charla posterior. Yo utilicé por ejemplo el sonido de los abejorros, les invitaba a acabar la frase que describía al hombre de negocios como un “hombre serio”, pero la verdad es que no hubiera sido necesario porque el propio texto facilita la participación en la segunda mitad, resolviendo la situación planteada a base de preguntas. Si hemos conseguido “enganchar” a los alumnos en la primera mitad, seguro que no pueden evitar comentar y contestar inmediatamente las cuestiones que se plantean. Los niños son como el Principito, necesitan respuestas y “no renuncian jamás a una pregunta una vez ya la han formulado”, así que lo único que hay que conseguir es que sientan como propias las preguntas que se plantean.


Utilizar el humor. Aprovechar cualquier detalle del texto para introducir algún elemento de humor. Yo utilicé la voz del hombre de negocios, las respuestas equivocadas del Principito a su propia pregunta “¿millones de qué?”, así como la incomprensión del Principito frente a algunas explicaciones del hombre de negocios. Por “serio” que sea el relato que contemos, debemos procurar que los niños puedan reír; así conseguiremos que eliminen la tensión que les supone estar atentos durante un tiempo considerable, les haremos cómplices de la historia y en definitiva les haremos disfrutar y les pondremos en disposición para empezar el debate.