Es otra actividad
que produce alegría y placer al niño especialmente si la obra tiene una trama
sencilla que es comprendida fácilmente por él.
El teatro
infantil puede tener como protagonistas a niños o a adultos que realizan la
función para los pequeños. Cuando los actores son niños la actividad se puede
desprender tanto de la Unidad de Aprendizaje como de un Proyecto por lo que
debe ser sujeto de planificación y evaluación.
Pero
probablemente el disfrute mayor para los niños es cuando los protagonistas son
adultos, que han preparado el espectáculo pensando en ellos, ofreciéndoles la
oportunidad de vivir el momento como un juego mágico en el que se mezcla la
realidad con la fantasía.
En este caso
debemos cuidar que la obra tenga una trama sencilla y que algún personaje no
vaya a causar temor, a los pequeños espectadores, como suele ser la presencia
de una bruja mala o de un ogro, personajes frecuentes en los cuentos
tradicionales. La selección de libretos adecuados para esta edad es nuestra
responsabilidad.
Todas estas
experiencias no se dan aisladamente sino que se articulan con otras que se
realizan en los distintos momentos del día y que estimulan capacidades que no
se circunscriben solamente a la comunicación integral.
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