Desde que Howard Gardner lanzó su teoría sobre las inteligencias múltiples,
muchos son los que han mirado el desarrollo de los niños desde otra
perspectiva. Es cierto que la música siempre ha estado presente en la vida de
los bebés porque ¿quién es la madre o el padre que puede resistirse a cantarle
a su bebé que llora desconsoladamente?
Pero hoy, los padres que han oído
hablar de la mencionada teoría de Gardner quieren ir más allá, y desean saber
más sobre ella.
Se
llama inteligencia musical a la “capacidad que tienen los niños
(o los adultos) para identificar, percibir, reconocer y distinguir los sonidos
y sus elementos (ya sea el tono, el timbre, la frecuencia, etcétera)”.
¿De qué forma pueden ayudar los padres para
que sus hijos desarrollen su inteligencia musical? Pues como es lógico dependerá de la
edad del niño, aunque independientemente de la edad siempre se puede crear un
entorno favorable, como por ejemplo, poniendo música de fondo, cantándole a los
niños o cantando todos juntos, participando en juegos musicales, dejando a mano
algún instrumento musical (no es necesario comprar un piano ni otro instrumento
caro, para empezar incluso algunos objetos de la casa servirán para reproducir
sonidos), y siempre que sea posible ir a actuaciones musicales (obviamente
deberán estar orientadas para ellos, no podemos meter a un niño en la opera así
sin más).
Además
de esto, hay que educar el oído del niño.
Un ejercicio que se puede llevar a cabo es el siguiente: nos sentamos en el
suelo en silencio y le decimos al niño que identifique todos los ruidos que se
escuchen. Esto será más fácil aún si tenemos algún CD con sonidos ambientales,
naturales, etcétera. Con los niños más mayorcitos, podremos jugar a reconocer
canciones de películas por ejemplo.
Los niños deben ser libres de
elegir la música que les gusta (para ello
se les debe haber dado la oportunidad de escuchar todo tipo de música), no hay
que imponerle la que le gusta a los padres. Igualmente si se opta por apuntar
al niño a clases extraescolares en las que va a prender a tocar un instrumento,
antes de darle uno hay que preguntarle a él si es ese el que desea tocar. Hay
que tener en cuenta que debe desarrollar su inteligencia
musical siempre
de manera que el niño se divierta y disfrute con lo que hace.
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